Y noto la presión de cinco atmosferas
sobre mí. Un corazón que late rápido, ilusionado, ya preparado para un próximo disgusto,
ya cansado de que todo cueste tanto, unas palabras, una ilusión, una
falsa ilusión, algo que creías, algo que no sucederá. Miedo, ese miedo que no
te deja vivir, ese miedo que hay que abandonar. Un simple gesto, una mirada, no
se entiende, no logro reconocer el sentido de todo ello. Se echa de menos
cuando no lo tienes. Una nostalgia al día siguiente, de pensar, no está aquí, no
sé cuándo volverá, no sé si se quedara. Arriesgar, y de qué manera, pero esa ya
no es mi posición. Sé que quiero seguir, es una adicción, que así porque si no
se deja…!